Sobre la figura del novelista J. A. Osorio Lizarazo se cierne la duda respecto de la calidad de sus novelas. Algunos gustos se han sentido abrumados por los universos míseros y lumpen que cobran vida en estas novelas que han hecho que a su autor se le acuse de demagogo, de predicador social anticuado. Fueron sus contemporáneos los más interesados en confinarlo a un rincón de desdén.