Con la creación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (ofb), en 1967, la capital colombiana recibió por primera vez los derroteros para la promoción, fomento y divulgación de la música clásica en la ciudad. No fue un proceso sencillo, pero la visión, empeño y, sobre todo, perseverancia de aquellos soñadores, fue determinante para lo que hoy conocemos como la Orquesta.